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Arranca la SDG Summit 2023

La Cumbre de los ODS (SDG Summit) se celebrará entre el 18 y 19 de septiembre en Naciones Unidas.

POSICIONAMIENTO de FUTURO EN COMÚN ante la SDG SUMMIT 2023

Septiembre 2023

Transcurrida la mitad del plazo para implementar la Agenda 2030 y conseguir la transformación de nuestro mundo que ésta perseguía, se necesita revalidar y elevar la ambición de esta hoja de ruta de la humanidad para la sostenibilidad. Es una evidencia que en áreas clave de esta transformación no sólo no hay avances, sino que se confirman claros retrocesos, estando muy lejos de conseguir el cambio de rumbo necesario. El Informe de progreso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2023 de Naciones Unidas constata que estamos asistiendo a un aumento del hambre y de la pobreza extrema, de la desigualdad a nivel global, el recrudecimiento de la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y el aumento de la contaminación. El Informe del Grupo de Científicos Independiente es también muy claro al respecto: si en 2019 ya advertían de que, sin un giro de timón, teníamos pocas probabilidades de alcanzar los ODS para 2030, la situación en 2023 es todavía más grave. El Informe sobre el estado de la sociedad civil 2023 de Civicus alerta, un año más, del deterioro del espacio cívico, del aumento de la criminalización de la protesta y de los discursos de odio, así como del retroceso democrático generalizado. Los extremismos de ultraderecha se extienden, consiguiendo cada vez más permeabilidad social y política, así como su incremento de poder en las instituciones, con la consecuente amenaza para las agendas públicas que priorizan la paz, los derechos humanos, la igualdad o la lucha contra el cambio climático. 

La urgencia está sobre la mesa y el momento es decisivo. En la Cumbre ODS que se celebrará los próximos 18 y 19 de septiembre, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, los y las líderes mundiales tienen la oportunidad de demostrar que están a la altura del desafío. El propio Antonio Guterres, Secretario General de NNUU, ha remarcado la relevancia del momento: “Si no actuamos ahora, la Agenda 2030 podría convertirse en el epitafio del mundo que podría haber sido”

Y para evitar este fracaso planetario, la comunidad científica apela a no continuar con el «business as usual«, ni siquiera con la «vía de la sostenibilidad», sino que interpela a los gobiernos a diseñar e implementar intervenciones que cambien las reglas del juego. En concreto, piden planes nacionales claros para los próximos 7 años que orienten programas de gobierno de manera integral, que identifiquen y pongan en marcha aquellas políticas y reformas institucionales que son imprescindibles para abordar de manera eficaz los desafíos que enfrentamos, que asuman la interconexión que hay entre todos estos desafíos con un análisis muy afinado de las interacciones existentes entre los mismos, adecuando las estructuras de gobernanza y todo el ciclo de políticas públicas para poder empezar a plantear respuestas que de verdad incorporen estas interdependencias.

Desde Futuro en Común hacemos un llamamiento al Gobierno de España a asumir con seriedad y compromisos claros y viables estas recomendaciones. Y, valorando los avances que se han dado hasta la fecha y los desafíos pendientes, entendemos que este compromiso se traduce en las siguientes medidas a acometer de manera urgente:

  • Situar la Agenda 2030 en el centro de la acción de Gobierno, asumiendo la Estrategia de Desarrollo Sostenible (EDS)  como hoja de ruta integral -y central-, una vez revisada y elevada su ambición como plan nacional para orientar el próximo ciclo político y los 7 años que quedan de vigencia de la Agenda 2030. En este sentido, se valora como una oportunidad el proceso de revisión intermedia de la EDS a realizar en 2024, que permita establecer metas claras, coherentes con los desafíos identificados y medidas para lograrlas. Destacamos la importancia de que este proceso de revisión se lleve a cabo con una participación activa de la sociedad civil.
  • Identificar y activar las palancas de cambio (los “gamechangers”), que en nuestro país tendrían mayor capacidad de “arrastrar” la consecución del conjunto de la Agenda 2030, cambiando el rumbo de la acción y acelerándola. Una vez acometida la reforma laboral y mejorado el marco legal e institucional de lucha contra las violencias machistas (por cuya implementación efectiva debe trabajarse), urge: 
    • Avanzar en una transición ecológica justa hacia modelos sostenibles de producción y consumo: transformando la matriz energética hasta la descarbonización en 2050 con justicia territorial; haciendo una inversión masiva en transporte público y colectivo; haciendo más justo y sostenible el modelo de producción y distribución de alimentos; e impulsando la contratación pública sostenible. Además de llevar a cabo políticas claras de freno a la destrucción de la biodiversidad, inversiones en restauración de la naturaleza,  legislar a favor de las prácticas agroecológicas y dejar de subvencionar los combustibles fósiles. Todo ello promoviendo el empleo verde y eliminando los incentivos públicos, fondos o ventajas fiscales a los sectores y/o prácticas productivas que deterioran las naturaleza.  
    • Apostar por una reforma fiscal justa y verde como mecanismo para reducir la desigualdades y financiar un estado de bienestar fuerte que garantice derechos para todas las personas y en todos los territorios del país: sanidad, educación y  protección social universales. Hay que centrar el debate tributario en la necesidad de trasladar el esfuerzo fiscal hacia las rentas y patrimonios más altos, hacia las actividades que más contaminan y deterioran la naturaleza y elevar los impuestos a los “beneficios excesivos”, tal y como plantea el propio FMI.
    • Profundización democrática y participación, derogando la ley mordaza para acabar con la criminalización de la protesta. También institucionalizando la participación de ciudadanía y sociedad civil organizada, y en especial de los colectivos más vulnerabilizados, en los procesos de toma de decisiones como medio para acelerar los avances en la Agenda 2030.
    • Política de desarrollo sostenible global, Una vez apuntalado legalmente el compromiso de destinar el 0,7% de la RNB para Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), es preciso seguir avanzando en definir un marco orientador de toda la acción exterior (y doméstica con impactos transfronterizos) hacia la promoción de la justicia global (social, económica, climática y de género), la promoción de la paz y los derechos humanos, construido desde un enfoque de Coherencia de Políticas para el Desarrollo Sostenible. En concreto entendemos que esta política debe fijar compromisos de España en torno a: 
      • Financiación climática adicional a la AOD, que no genere deuda, teniendo en cuenta las necesidades reales, principalmente en los países del Sur que, siendo menos responsables de la crisis climática, son los más vulnerables a sus impactos.
      • Reducción del gasto militar y redirección de los fondos a buscar justicia social y facilitar la transición ecológica, recuperando el concepto de seguridad humana que promueven las Naciones Unidas en contraposición a la defensa militar de los Estados.
      • Respeto y promoción, en materia de comercio exterior, de los derechos humanos y los compromisos internacionales en relación a igualdad de género, trabajo digno y cuidado del medio ambiente, derecho de consulta previa e informada de los pueblos indígenas, a través  de cláusulas vinculantes en tratados comerciales y acuerdos bilaterales de inversión con terceros países.
      • Blindaje legal de la obligatoriedad de todas nuestras empresas de garantizar la Diligencia Debida retomando y elevando la ambición del proyecto de ley en la próxima Legislatura.
      • Promoción de la ampliación del espacio cívico democrático y protección de las personas defensoras de los derechos humanos y el medio ambiente. 
      • Impulso de vías legales y seguras que garanticen el derecho a la movilidad humana.
    • Promover medios de vida sostenibles y garantía de derechos en la “España vaciada”: asegurar los servicios públicos esenciales (sanidad, educación, vivienda, protección social); reforzar el papel de las mujeres en el medio rural prestando especial atención a sus necesidades; apoyar la fijación de personas jóvenes; impulsar un modelo de agricultura familiar; promover un rendimiento económico justo en la cadena agroalimentaria; promover planes de restauración de la naturaleza y mitigación y adaptación al cambio climático. Todo ello estableciendo una política de estado para el medio rural, creando una Mesa Estatal para el Medio rural y actualizando la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural.
    • Activar la lucha contra la discriminación por motivos de sexo, étnicos/raciales, discapacidad, edad, religión, orientación/identidad sexual, enfermedad y situación socioeconómica entre otras. Impulsar respuestas proactivas y políticas públicas que reduzcan la discriminación estructural mediante la aplicación efectiva de la legislación existente (Ley integral para la igualdad de trato y no discriminación 15/2022), así como asegurando la asistencia a las víctimas de la discriminación y sensibilizando a la sociedad en su conjunto sobre el impacto tan dañino que produce de la discriminación en las personas. 
  • Adecuar la nueva arquitectura gubernamental y los recursos económicos para hacer factible la activación de estas palancas de cambio. El abordaje de problemas complejos poniendo el foco en sus interdependencias, con una adecuación institucional y de estructura presupuestaria que permita trabajar de manera intersectorial, como nos recomienda el comité científico independiente y el propio secretario general de las Naciones Unidas, en nuestro país pasa por seguir desplegando el sistema de Coherencia de Políticas para el Desarrollo Sostenible.

Pero además de la agenda doméstica que debe movilizarse en nuestro país, Futuro en Común, como parte de la sociedad civil global, pedimos al Gobierno de España que promueva en la Cumbre ODS la adopción de compromisos internacionales ambiciosos para una mayor  justicia global en todas sus dimensiones (financiera, climática y social):

  • Empujando una hoja de ruta clara que permita, en los próximos 7 años, conseguir los 500.000 millones de dólares necesarios para lograr la transformación plasmada en la Agenda 2030.
  • Generando consenso internacional en torno a la necesidad de una justicia fiscal global, que haga frente a los paraísos fiscales y elusión de las multinacionales.
  • Promoviendo la realización de amplias cancelaciones de deuda y la creación de un mecanismo de renegociación de la deuda soberana en la ONU.
  • Poniendo fin a los conflictos: impulsando un compromiso global de los Estados para la prevención y la  resolución pacífica de los conflictos promoviendo los esfuerzos políticos, sociales y diplomáticos, en el caso de la guerra en Ucrania y muchos otros conflictos en curso, incluidas las llamadas “crisis olvidadas”. Buscando compromisos con la reducción del gasto militar global.
  • Sentando unas bases claras para poner fin a la persecución de activistas de la sociedad civil, defensores y defensoras de derechos y territorio, y garantizar las libertades fundamentales de expresión y reunión. 
  • Promoviendo compromisos firmes en torno a la igualdad de género, para consolidar avances, pero también ampliar el marco de derechos y erradicar las múltiples violencias y desigualdades. 
  • Empujando una mayor participación de la sociedad civil organizada y en especial de las comunidades en mayor situación de vulnerabilidad en el tablero multilateral. 
  • Poniendo en funcionamiento el Fondo de Pérdidas y Daños para garantizar recursos predecibles, accesibles y no generadores de deuda para ayudar a los países del Sur Global a hacer frente a los impactos de los fenómenos meteorológicos extremos.
  • Prestando atención a la adaptación al cambio climático para garantizar que nadie se quede atrás y desarrollar marcos comunitarios de reducción del riesgo de catástrofes. 
  • Adoptando el enfoque «One Health”, que reconoce la interrelación entre desarrollo sostenible, medio ambiente y bienestar animal. 
  • Protegiendo los ecosistemas de los que depende la vida, reforzando la legislación medioambiental internacional e invirtiendo en frenar la pérdida de biodiversidad en  2030. 

Hace tiempo que se alerta de que “ahora es el momento” y la evidencia científica nos repite no sólo que es ahora, sino que sólo es ahora. El resultado de esta Cumbre marcará la hoja de ruta a adoptar en esta década decisiva y definirá el nivel de ambición con el que la Cumbre del Futuro de 2024 aborde la nueva agenda global. Es el momento de actuar, nos va el futuro en ello.