El debate del segundo webinario del ciclo La igualdad de género para la (re)construcción de un mundo sostenible se centró en los derechos sexuales y reproductivos, cuestión que consideramos esencial para alcanzar la igualdad de género, para el empoderamiento de las mujeres y para que se cumplan los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Sin embargo, pese a su relevancia, los datos a nivel internacional muestran que el camino por recorrer es todavía muy amplio. Dos ejemplos lo ilustran claramente. Por una parte, el Instituto Guttmacher calcula que 214 millones de mujeres en todo el mundo que desean evitar o retrasar un embarazo no tienen acceso a anticonceptivos eficaces, lo que supone 74 millones de embarazos no planificados cada año en países de ingresos bajos y medios. Por otra parte, hay 200 millones de mujeres y niñas que han sufrido mutilación genital femenina en 20 países de África y Oriente Medio.
Asimismo, no queremos dejar pasar la oportunidad de llamar la atención sobre varias cuestiones que tienen lugar en el ámbito internacional y que dificultan el avance en la universalidad del acceso a la salud sexual y reproductiva. Así, en los últimos años se constata una disminución de los fondos internacionales públicos destinados a dicho objetivo y una creciente oposición por parte de grupos fundamentalistas frente a logros ya alcanzados. Todo ello hace que exista un riesgo real de que estos derechos acaben siendo excluidos de los escenarios políticos mundiales y los compromisos de los Estados, especialmente en momentos de emergencia como la que vivimos actualmente como consecuencia de la COVID-19.
Frente a ello, reclamamos a la comunidad internacional que se movilice la financiación necesaria para cumplir con el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de El Cairo y la Plataforma de Acción de Beijing. España, en su papel de actor global, no puede obviar su responsabilidad y debe tener un papel activo para contribuir a sostener los avances logrados, frenar los discursos regresivos y evitar cualquier retroceso que desde algunos ámbitos podrían tratar de justificarse por el actual estado de excepcionalidad global.
En el webinario, Eva del Hoyo, Subdirectora general de planificación y coherencia de políticas de la DGPOLDES, señaló que la respuesta a la pandemia de la COVID-19 debe incorporar un enfoque feminista y tener en cuenta los derechos sexuales y reproductivos. Asimismo, dijo que “la conmemoración de Beijing+25 es una oportunidad única para no bajar la guardia y luchar contra retrocesos que están sobre la mesa”.
Álvaro Bermejo, representante de de la Federación Internacional de Planificación Familiar, llamó la atención sobre las prácticas de algunos gobiernos que están utilizando la crisis de la COVID-19 para limitar el acceso de las mujeres y niñas a los servicios de salud sexual y reproductiva. Esto en un escenario ya de por sí complejo en el que destacan cifras como que 200 millones de mujeres no tienen acceso a anticonceptivos modernos. En el plano de las soluciones puso énfasis la voluntad política y la inversión para reforzar los sistemas sanitarios y la integración en ellos de la salud sexual y reproductiva con un enfoque de equidad.
El Fondo de Población de Naciones Unidas, representado por Luis Mora, puso el acento sobre la falta de continuidad de los servicios esenciales debido a la COVID-19, entre los que se encuentran los vinculados a la salud sexual y reproductiva. Recordó, asimismo, los enormes avances que se han producido en materia de derechos sexuales y reproductivos desde la Conferencia sobre Población y Desarrollo de El Cairo de 1995, especialmente en temas como la reducción de la mortalidad materna, la información y acceso a anticonceptivos modernos, legislaciones y políticas, reducción de la mutilación genital femenina y matrimonio infantil. Sin embargo, manifestó también que la agenda de los derechos sexuales y reproductivos aún está inacabada. Entre los desafíos destacó el impacto de «el profundo proceso de privatización” de estos servicios, especialmente en los sistemas de salud más frágiles.
Desde Médicos del Mundo, Felicitas Ibáñez, quiso destacar que es habitual en las crisis sanitarias que se produzcan recortes e interrupciones en los servicios de salud sexual y reproductiva que ven cómo sus recursos se derivan a cuestiones más directamente relacionadas con la emergencia. El caso de la COVID-19 no ha sido una excepción en este sentido.
Os dejamos el vídeo completo del webinario por si os lo perdisteis: