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La urgencia de una mirada intersectorial y diversa en la emergencia climática

Futuro en Común y Climate Action Network, CAN, han reunido a un grupo de voces expertas para reflexionar sobre las transiciones urgentes que se necesitan para alcanzar una justicia climática global, en el marco de la COP25.

Madrid, 11 de diciembre de 2019. – La mesa redonda ha tenido lugar en el Foro de la Sociedad Civil de la Zona Verde de la COP25 bajo la moderación de Cristina Monge, de Futuro en Común.

El Director General de políticas de desarrollo sostenible, Gabriel Ferrero y Tasneem Essop, Directora Ejecutiva de CAN Internacional, abrieron la jornada situando los elementos clave para una conversación que empezó poniendo el foco en la importancia del papel que debe jugar la sociedad civil para alcanzar la justicia climática social. “Como sociedad civil, debemos estar en la mesa. Tenemos soluciones que venimos trabajando desde hace años.

Tenemos la lucha por nuestras vidas en nuestras manos y tiene que ver no solo con la justicia climática, sino también con la justicia social. Ambas tienen que ver con un sistema que destruye vidas.” Afirmó Tasneem en su intervención.

Durante la mesa de debate diferentes representantes de la sociedad civil abordaron las claves de la Agenda 2030 como catalizador para una transición justa con las comunidades y grupos en mayor situación de vulnerabilidad así como con las futuras generaciones, 100 % sostenible, feminista, cosmopolita, democrática y que contemple los medios necesarios para su implementación. Es fundamental contar con los medios financieros que permitan avanzar las transiciones.

Los Estados y las instituciones financieras internacionales deben implementar medidas como la promoción de inversiones éticas (deteniendo el apoyo económico a los combustibles fósiles y apostando de manera equitativa por las energías renovables y el acceso universal a la energía), poner en marcha de herramientas fiscales para un mundo más justo (innovación fiscal en una economía globalizada) o aumentar los compromisos y mejorar la gestión de instrumentos de cooperación multilaterales como el fondo verde climático (asegurando la adaptación de las personas más vulnerables del planeta).

La voz de la líder de la Juventud Global, Paloma Costa, remarcó la urgencia de resolver la falta de presencia en los espacios de decisión y la necesidad de una educación accesible e inclusiva. “Nadie nos ha aportado un espacio real. La crisis climática es, en realidad, una crisis social. Queremos tener espacio a la hora de decidir el futuro y nuestra vida actual.

La participación no es posible si no tenemos acceso a la información y para tener acceso a la información, debemos tener educación, una educación inclusiva”, con lo que evidencia la necesidad de una transición generacional.

El deber ético que tenemos con las generaciones futuras se resume en la frase «Cuida el planeta. No te lo han dado tus padres, te lo han prestado tus hijos». Las nuevas generaciones están pasando de ser agentes pasivos a ser actores en primera línea demandando un cambio de paradigma en el uso de los recursos planetarios. Es necesario favorecer su apropiación y empoderamiento garantizando que su voz y propuestas sean escuchadas.

Por su parte, Sasha Gabizon, Directora ejecutiva de Women Engage for a Common Future, WECF, centró su intervención en la igualdad al afirmar “La crisis climática está afectando directamente a las mujeres. Esto tiene que ver con el hecho de que las mujeres no tienen acceso a la tierra, no migran tanto como los hombres porque se quedan en casa cuidando a las familias, tienen salarios más bajos, etc.” dejando clara la necesidad de una transición feminista.

La desigualdad estructural y universal entre hombres y mujeres hace que estas sufran las peores consecuencias de la degradación ambiental y el cambio climático. Son sin duda las más afectadas por los fenómenos derivados del calentamiento global como es el caso de inundaciones u olas de frío y calor, así como de otras situaciones como la pobreza energética o la escasez de agua. Las respuestas a la emergencia climática deben contemplar medidas que contribuyan a la justicia de género y que pongan el cuidado de la vida (de las personas y el planeta), la justicia y la solidaridad en el centro de las políticas y la economía.

José Gregorio Díaz Mirabal, coordinador en COICA, Coordinadora de Organizaciones Indígenas Cuenca Amazónica, por su parte, hizo especial hincapié en que necesitamos una transición que proteja a las defensoras y defensores del planeta. Defensoras y defensoras de los derechos humanos, guardianes de la biodiversidad, promotores del paradigma del buen vivir, protectoras del medio ambiente son personas perseguidas y asesinadas en todo el planeta. “La mujer más violada, más asesinada, está en la cuenca amazónica y es la Pachamama. Se viola constantemente por las madereras y las petroleras. Los territorios en los que habitamos son los más conservados del planeta y los menos conservados son los que quedan bajo control de los gobiernos. Habitamos el 50% de los territorios y los gobiernos solo quieren salvar el 20% de ese territorio. Nosotros queremos salvar el 100% para toda la humanidad. Quién nos ayudará en esta tarea.”

Se requiere, además, una transición que dé respuestas adecuadas a los retos que plantean los desplazamientos por motivos climáticos y medioambientales. La comunidad internacional tiene el imperativo ético de dar respuestas adecuadas a los retos que plantean los desplazamientos por motivos climáticos y medioambientales poniendo en el centro la protección de las vidas y derechos de las personas que se ven forzadas a migrar por estos motivos.

Santiago Lorenzo estuvo en la mesa en representación de CAN Internacional y destacó que existen dos versiones de la transformación económica: por una parte una versión tecnológica que requiere inversiones en infraestructura sostenible, y otra versión social que necesita una nueva manera de hacer negocios: medias alternativas como los bancos de tiempo que nos permitan salir del sistema financiero, y además hacer el sistema financiero más democrático.

Aportó Montserrat Mir, de Just Transition Center, que se requiere una transición 100% sostenible. Nos encontramos en un punto de no retorno en los sistemas de la Tierra, por lo que debemos trabajar para regresar a sus límites biofísicos. Es necesario un cambio de paradigma en nuestro sistema de extracción, producción, consumo y desechos para caminar hacia una economía circular regenerativa. Este es sin duda un camino intrincado, pero hace falta evitar las falsas soluciones y el green washing. “La desigualdad es el elemento clave que debemos incluir en la justicia climática. El diálogo social es básico para garantizar la transición justa. No hay transición justa sin lucha contra la desigualdad, sin diálogo social y sin las personas más vulnerables.”

Luis Rico, de Ecologistas en Acción, cerró el acto afirmando que “El poder está en el medio rural, en los pueblos indígenas, en propuestas que demuestran que otros modelos son posibles. Los gobiernos tienen que asegurarse de que protegen el territorio y a las personas que lo cuidan.”

En resumen, una mesa de debate desde la sociedad civil con el objeto de a alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que recoge la Agenda 2030 y para cuyo cumplimiento solo nos queda una década. Es urgente que logremos llevar a cabo una transición justa. La transición hacia un modelo de desarrollo ambientalmente sostenible no puede sustentarse en aumentar las ‘brechas’ existentes en nuestras sociedades. Es necesario entender la lucha contra el cambio climático como una oportunidad para no dejar a nadie atrás.