El informe de seguimiento de los ODS no muestra correctamente la distancia entre la realidad de la UE y un futuro sostenible
El pasado 20 de noviembre Eurostat publicó el primer informe sobre el desarrollo sostenible en Europa. El informe responde a la comunicación de otoño de 2016 denominada “nuevos pasos para un futuro sostenible en Europa”, en la que había un compromiso de realizar un seguimiento detallado de la implementación de los ODS en el contexto europeo, y a la demanda del Consejo Europeo de junio de este año de definir un marco de seguimiento y de indicadores para informar de manera adecuada en la materia y que alimentara los procesos de toma de decisiones de la Unión.
Además el informe se publica en un momento en el que la Comisión deberá presentar su documento de reflexión – antesala de la estrategia europea de desarrollo sostenible – en el Consejo Europeo de junio de 2018 y avanza la preparación de su participación en el Foro Político de Alto Nivel de 2019, en el que la UE irá con un perfil propio.
En este contexto el Observatorio Europeo de los ODS, en el que participa la Coordinadora de ONGDs, lanzó una nota evaluando si el informe refleja una fotografía adecuada de la realidad y si vamos por el buen camino para alcanzar los ODS y avanzar en el desarrollo sostenible. Las conclusiones del Observatorio son cinco:
- El informe no aborda todas las dimensiones del desarrollo sostenible y se centra en medir las soluciones existentes en lugar de analizar lo que se necesita para hacer realidad la Agenda 2030.
- Las principales tendencias sociales, medioambientales, económicas y tecnológicas reflejadas en el informe están subordinadas a las prioridades actuales de la Comisión a través de la elección de determinados indicadores, y de esa forma, el informe presenta una imagen sesgada del rendimiento de la UE. Por ejemplo: el ODS 12 sobre consumo y producción sostenible recibe una alta puntuación en el progreso, mientras que las evaluaciones de la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible (SDSN) y la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA) muestran claramente que los países de altos ingresos fracasan en este objetivo.
- La metodología usada no permite mostrar la distancia existente y a qué velocidad debemos avanzar para que la UE alcance los ODS antes de 2030. El informe señala que se está avanzando a un ritmo de un 1% anual y esto se evalúa positivamente adjudicando el símbolo de un sol, lo que lleva a una engañosa comprensión del avance.
- El informe no mide el impacto de la UE en el desarrollo sostenible a nivel mundial: no ilustra si los esfuerzos europeos en cooperación para el desarrollo son suficientes para contribuir a la reducción de pobreza y desigualdad (Aidwatch, una evaluación de la Ayuda Europea), ni si la UE reduce su impacto negativo en el resto del mundo debido al consumo excesivo, el agotamiento de los recursos, su huella ecológica, así como la negligencia con los derechos humanos y la explotación de la mano de obra barata, todos ellos enormes desafíos en la implementación de los ODS de la UE.
- El informe omite datos críticos para abordar el principio de la Agenda 2030 de “no dejar a nadie atrás” y es débil a la hora de medir cómo se reducen las desigualdades dentro de la UE.
Con estas conclusiones el Observatorio propone:
- Revisar los indicadores con una contribución adecuada de la sociedad civil.
- Elaborar los sucesivos informes evitando la tentación de medir solo los méritos y apostar por una visión objetiva y comprehensiva de la realidad que incluya la participación de la sociedad civil.
- Desarrollar un marco de seguimiento con foco en las políticas externas e internas.
- El ejercicio de revisión de la implementación de la Agenda 2030 debe nutrir los procesos de decisión y una transformación real de las políticas europeas a favor de un avance del desarrollo sostenible en todas sus dimensiones (económica, social, ambiental y de gobernabilidad). (Sexto escenario para el futuro de la Unión Europea, una Europa sostenible para los ciudadan@s).